Nos encontramos en la reapertura de las escuelas en la era del Coronavirus y esto puede implicar nuevos desafíos y angustias, la pandemia nos ha afectado a todos y ha generado muchos cambios a nivel personal y en las dinámicas familiares.
Nuestra cotidianidad ha estado enmarcada en difíciles situaciones en los últimos meses, esto convierte el regreso a las clases es una etapa importante para nuestros niños, niñas y adolescentes, pero también es una fase de muchos cuestionamientos e inquietudes.
Una de las posibles angustias que llegan en estos momentos es el pensar ¡Mi hijo(a) está atrasado! ¿Qué vamos hacer? Como Institución Educativa no somos ajenos a la situación que atraviesan nuestras familias, nuestro país y el mundo en general a raíz de la pandemia, ha sido una época de muchos cambios y de muchas lecciones.
Lecciones que también nos ha permitido reflexionar sobre la importancia del aprendizaje, y considerar que nuestros hijos (as) y estudiantes merecen ser apoyados y tener la motivación suficiente para salir adelante. No es secreto para nadie, las diversas circunstancias en las que nos hemos encontrado para adquirir e impartir las temáticas de cada materia o asignatura, por lo tanto, algunos estudiantes necesitarán un apoyo extra para ponerse al día en sus aprendizajes, lo que es muy normal.
Este apoyo, debe estar basado en el respeto, el acompañamiento, la motivación por parte de todos como comunidad educativa; iniciando con los padres de familia en el hogar, continuando con los docentes y directivos en los Establecimientos Educativos. De tal manera, es indispensable que cada familia se siga vinculando en estos procesos educativos, lo que de alguna forma implica, que:
Desde casa se ofrezca un apoyo adicional a todo lo concerniente con los procesos académicos de sus hijos (as).
Generar un ambiente agradable y positivo a sus posibles inquietudes y la forma como expresan sus sentimientos.
Revisar las rutinas relacionadas con la escuela y las actividades escolares.
Dar respaldo y explicaciones a sus inquietudes y frustraciones.
Motivarlos a estudiar y sacar adelante sus proyectos.
Estas recomendaciones buscan ayudar a que nuestros niños, niñas y jóvenes se sienta más seguro con el regreso a clase, especialmente si están experimentando inquietud, tristeza, ansiedad o problemas de concentración.
Finalmente, los invitamos a que como familias generen espacios de reflexión, debate y dialogo sobre el regreso a la escuela durante la pandemia, también tengan presente que tanto ustedes cómo sus hijos (as) se enfrentan a la crisis actual desde posiciones distintas.
Es muy importante entender que la inteligencia emocional no es lo opuesto a la inteligencia, no es el triunfo del corazón sobre la cabeza, es la intersección de ambas.
David Caruso
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