En el mundo actual evidenciamos que las personas conocedoras de una o varias lenguas extranjeras tienen más oportunidades para desempeñarse con éxito en el ámbito académico, laboral y social. Vemos, por ejemplo, que en las universidades todos los estudiantes, antes de graduarse, deben demostrar competencia en una lengua extranjera; que una persona profesional bilingüe tiene más opciones de empleo; que a nivel personal es satisfactorio poder comunicarse con una persona de otro país en inglés, escuchar una canción o ver una película y entender, o poder viajar sin temor a la comunicación.
Por estas razones, entre muchas otras, en las instituciones educativas se ha hecho primordial la formación de nuestros estudiantes desde edades tempranas en inglés, con el fin de que en un futuro ellos tengan las competencias necesarias para entrar en comunión con los intercambios culturales y demandas laborales, y que al mismo tiempo hagan parte de todos los beneficios que ofrece el mundo globalizado para las personas que dominan este idioma.
Ser competente en una lengua extranjera es una tarea exigente pero no imposible. No consiste sólo en conocer las reglas gramaticales y poder escribir oraciones en los diferentes tiempos verbales, presente, pasado, futuro… Va mucho más allá, porque se trata de que una persona pueda desarrollar habilidad en la escritura, la lectura, la escucha y la expresión oral, todo enfocado en poder comunicarnos, es decir, hacernos entender cuando escribimos o hablamos y poder entender los mensajes orales o escritos.
Desde mi punto de vista, hay algunos tips o estrategias para tener un buen proceso de aprendizaje del inglés. Para empezar, uno de los aspectos que considero más importantes es cogerle amor al inglés, porque cuando algo nos gusta, queremos estar más conectados con eso y sacamos el tiempo para hacerlo. Ese gusto por el idioma se puede desarrollar por medio de la música, las películas, los videos, los juegos, los chats o cualquier otra cosa que nos guste y que podamos conectar con la lengua extranjera. Asimismo, es muy importante la disciplina, hacer todo lo posible por dedicar un tiempo, diariamente o varias veces a la semana, para estar en conexión con el idioma nuevo. Además, debemos eliminar todas las barreras mentales, pensamientos como “yo no soy buen@ para el inglés”, “a mí no me entra nada en inglés”, “soy pésim@ para eso”, “loro viejo no aprende a hablar”, “el inglés es muy difícil”… es necesario tener una actitud positiva y pensar que “yo”, como cualquier otra persona, tengo todas las capacidades para aprenderlo en cualquier edad. Finalmente, considero que es importante perder el miedo a equivocarnos cuando tratamos de expresarnos en inglés, especialmente en la comunicación oral, porque podemos aprender mucho de los errores y las personas más “gomosas” son las que aprenden más rápido porque están usando el aprendizaje nuevo siempre y sin temor a cometer errores.
En fin, creo que el aprendizaje del inglés debe ser una conexión personal con el idioma, más que verlo como un conjunto de palabras y sonidos ajenos a mí, como un mundo nuevo por explorar, una nueva manera de conocer el mundo, las diferentes formas de pensar, las culturas y lugares… una herramienta para hacer realidad los sueños.
Ximena García Pérez
Docente de inglés
I.E. Félix María Restrepo Londoño
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