A pocos días de nuestra graduación es cuando sentimos que la vida ha pasado demasiado rápido. Que ya no somos las personas que solíamos ser. Que es hora de luchar y convertirnos en la persona que soñábamos cuando éramos solo unos niños, llegamos hasta este punto, donde surge un nuevo camino con un futuro incierto.
Pasamos por muchos momentos, que les parece si nos devolvemos al inicio.
Todo comenzó cuando entramos por primera vez a esa puerta teníamos nervios de salir al mundo, a un mundo grande y enorme. Sin embargo, y a pesar de nuestras lágrimas porque mamá nos iba a dejar, supimos enfrentar y pudimos ser parte de una nueva familia con la cual podríamos contar, luego de pasar varios años en el colegio, solo quedarán los recuerdos. Recuerdos que llevan a pensar en los compañeros de clase. Muchos de nosotros estamos juntos desde pequeños, como hay otros que llegaron en diferentes momentos de nuestras vidas, pero todos, hacen parte de nuestra pequeña familia.
Pasamos por muchos momentos.
Se fueron y llegaron personas increíbles que quedaran guardadas para siempre en nuestra memoria y en nuestro corazón. Ha llegado nuestro final, es hora de partir llenos de recuerdos y grandes conocimientos. “No vivas la vida demasiado rápido” solían decirme las personas que pasaban por mi vida, ¿Quién creería que esta pequeña frase sería tan cierta?
Luego de varios años de estar en el colegio llegó el 2020, un año de muchos aprendizajes. No nos pudimos abrazar. Tampoco formar más recuerdos colectivos. Pero también este año fue de mucha reflexión, porque nos permitió preocuparnos por nuestra profesión, por la universidad y claro, por la presión de nuestros resultados en el ICFES.
Pasan los meses, los días, las horas y llega el momento de partir. Un nuevo camino nos espera en el que dejamos atrás momentos y recuerdos inolvidables, como las veces que discutíamos con los profesores y nuestros compañeros; como las llegadas tardes de algunos de nosotros, como las fiestas que armábamos en el colegio y las alegrías que nunca faltaban en el aula de clases. Tal vez, en unos años nos estaremos esperando para volvernos a encontrar y recordar aquellos momentos de juventud que hicimos en aquella Institución Educativa.
Otro aspecto, pero no menos importante es agradecer a los directivos y docentes de la institución por ayudarnos a crecer en sabiduría, por el apoyo en nuestra formación, sin dejar de lado la paciencia que nos tuvieron y sus esfuerzos para preparar sus clases, y en especial por marcar significativamente nuestras vidas, de corazón muchas gracias, porque, aparte de ser nuestros profesores, fueron, son y serán nuestros amigos.
También debemos de agradecer a nuestros padres ya que este triunfo no sería posible sin ustedes, gracias por la paciencia, la dedicación y el esmero que hicieron para que pudiéramos cumplir este gran sueño, también, agradecer a Dios por iluminarnos y por darnos salud para poder culminar nuestros estudios.
No podemos dejar de lado a las futuras promociones, para ellas le tenemos un gran consejo, vivan, disfruten, aprecien y cuiden nuestra institución, ya que, en estas se formarán más personas que como nosotros y ustedes harán parte algún día de alguna promoción.
Para finalizar, agradecer a la promoción 2020, ya que no fue fácil llegar hasta aquí, nuestra historia quedará siempre recordada, y como dice Walt Disney “si puedes soñarlo, puedes hacerlo” solo queda decir que este es el principio de un gran final, y esperemos que muy pronto nos podamos volver a encontrar y contarnos que ha sido de nuestras vidas después de nuestro largo viaje por el mundo de la sabiduría, y ahora sí, es hora de despedirnos, y es hora de decir.
“Buen viaje”.
Atentamente:
Valeria Pérez Obando.
Estudiante de undécimo
Comments