La enseñanza de las ciencias naturales y la educación ambiental, parte de destacar la experiencia del gozo de comprender y explicar lo que ocurre a nuestro alrededor, en el universo y en nosotros mismos como microcosmos y macrocosmos; puesto que, las ciencias naturales se constituyen en el área que incita a disfrutar con el conocimiento, desde una relación con la naturaleza, debido a que valora la práctica, dotada con el sentido en función de sus intenciones y fundamentada en valores sociales y humanos básicos, para comprender la dinámica del ambiente, que surge desde la interacción de los aspectos biológicos, químicos , físicos, pero también sociales, económicos y culturales, que combinados con valores y actitudes positivas, resignifican y potencializan las relaciones reciprocas entre el hombre y su medio social-ambiental.
Las ciencias naturales se convierten en el área en la que los estudiantes pueden desarrollar su pensamiento científico al hacer uso de la teoría integral del mundo natural, inmerso en el contexto donde se desarrolla; lo que le proporciona una noción de sí mismo, y le permite analizar e integrarse armónicamente en la naturaleza a partir de un conocimiento que le posibilita reconocer que su accionar puede ser diferente y que este a su vez le permite producir nuevos conocimientos, involucrando una serie de capacidades, habilidades y destrezas tales como la observación minuciosa, el pensamiento sistemático y disciplinado, la imaginación, la creatividad, la experimentación, la reflexión, la crítica y la argumentación, además del amor a la verdad y la honestidad.
En las ciencias naturales, a medida que el estudiante actúa según su impulso natural y ofrece sus propios modelos, que transmiten su realidad; se recrean los escenarios para que los modelos dados por los estudiantes progresen y puedan entender el carácter evolutivo de la construcción científica como conocimiento en permanente construcción y deconstrucción, a la vez que desarrollan la capacidad para plantear preguntas investigables, y obtener respuestas con argumentaciones sólidas, mediante una práctica experimental y reflexiva que le permita interiorizar los procedimientos y adquirir un aprendizaje significativo, sin olvidar el reconocimiento de los procesos por medio de los cuales evoluciona el conocimiento científico; que son los aspectos básicos de la ciencia.
Es preciso señalarlas como un espacio escolar que va más allá de exponer teorías y conceptos acabados, y que se convierten en el reto de forjar una formación científica fundamentada en las perspectivas individuales del mundo de la vida que entran en dialogo permanente con otras, para poder entender de mejor manera el mundo en que se vive, tener una visión integral de la vida (comprender que cada parte repercute en el todo, y viceversa), y estructurar los conceptos e ideas que construye el ser humano como actor , con aquellos conocimientos científicos y tecnológicos, en pro de la comunicación efectiva y afectiva con el medio social, para la solución de los problemas que allí se generan.
De este modo, aprender ciencias naturales o hacer ciencia escolar, se convierte en un proceso primordial en la formación humana, ya que es la posibilidad de que los sujetos den sentido a sus acciones, potencien el conocimiento esencial del mundo natural, de ese universo macroscópico y microscópico infinito, y sepan utilizarlo para interactuar activamente tomando decisiones responsables y justificadas, dado que la enseñanza de las ciencias contempla la formación en valores y actitudes, en un proceso fundamentado en lo afectivo y cognitivo, hacia una ética del respeto a la vida y al compromiso con el entorno cimentado en la sostenibilidad, el empoderamiento y la libertad.
Enseñar ciencias es una labor educativa trascendental y cambiante; intelectual y emocionalmente apasionante.
Darlin Andrea Palacio Gutiérrez
Educadora en la sede de primaria "Marie Poussepin"
Comments